Lo siguiente fue bombear el hormigón mediante el uso de un camión con plataforma impulsora que permitió alcanzar los lejanos casi 100 metros que separaban la zona más accesible con la más alejada de las salas, situadas 2 pisos por debajo de la superficie.
Nuestros profesionales extendieron, nivelaron y trabajaron el hormigón para dejar un acabado «fratasado fino» perfecto que sirvió de subbase para el posterior suelo de PVC deportivo que habría que instalar encima.